Con el gran consumo entrando de lleno en un nuevo ciclo, es clave para el mercado identificar y analizar los cambios en los consumidores, los hogares y los hábitos de consumo. Y, entre ellos, destaca el consumidor de más de 65 años, que representa ya cerca de un 30% de hogares y que hemos segmentado en tres grandes grupos en función de sus actitudes de compra: moderno, familiar y tradicional.
Y es que, además de segmentación por edad o generación, hemos querido ir más allá e identificar sus características particulares, destacando sobre todo el moderno y el tradicional, pues el familiar transita en cifras entre uno y otro sin destacar en ninguna de las variables analizadas.
Por ejemplo, el moderno es el más atractivo en cuanto a gasto medio total, llegando a los 4.256 euros; y por acto de compra, 15,2 euros. También el senior moderno gasta hasta un 8% más que el tradicional a lo largo del año y cerca de un 18% más por visita.
Más ejemplos: el cliente tradicional visita más tiendas, con una frecuencia hasta un 9,7% mayor que el moderno. También realiza más visitas mensuales (7,1 frente a 6,4) y compra más productos de marca de distribución, con una cuota del 36,1%, superando 2,5 puntos a los otros perfiles.
Por otro lado, este tipo de consumidor muestra que, si bien se suelen vincular ciertas tendencias de consumo sociales o sostenibles con los más jóvenes, los mayores de 65 años son aún más “militantes”.
Entre otros ejemplos, llevan aún peor tirar comida (más de 6 p.p. que los menores de 65), prefieren lo local o de proximidad a lo importado (casi 20 puntos más), intentan comprar productos que no dañen el medio ambiente (cerca de 20 puntos también), o bien, si hay disponibilidad, optan por comprar alimentos ecológicos (7 puntos más).
En cuanto a lo que más valoran en un distribuidor es la proximidad y el servicio. Y sobre productos, tienden más al azúcar (nata, bollería dulce o galletas dulces) que a los salados o platos preparados (bollería salada, pizzas, platos preparados deshidratados).
Y si hablamos de categorías, prefieren lo indulgente como el jamón ibérico o el brandy/coñac al tiempo que marcan distancia con la carne, salvo si se trata de cordero.